Empezamos entonando un mantra en presencia plena y seguimos con una serie de asanas. Las series constan de varias posturas (asanas) que a su vez van acompañadas de una forma específica de respirar (pranayama), de una relajación, y de meditaciones con sonidos especiales (mantras).
Siempre respetamos el equilibrio del cuerpo y permitimos que vaya adquiriendo flexibilidad de forma progresiva. Nos verás insistir mucho en tu respiración. La toma de conciencia de la respiración es lo que te permitirá cambiar tu estado emocional.

Otra herramienta importante en mis clases es el uso de la música, que nos ayuda a llegar a un cierto estado de presencia y relajación. Utilizo algunos instrumentos musicales, como el harmonium, el cuenco tibetano o en ocasiones el Gong, que nos permiten experimentar estados de relajación y conexión muy profundos. 

Al final de las clases nos relajamos y meditamos unos minutos ayudándonos de sonidos que nos aportan bienestar y calma interior.

El resultado es que cada sesión es como un bálsamo relajante para cuerpo, mente y alma.